Los legionarios de Cristo, una congregación ultraconservadora, con importantes vínculos con el poder político y el mundo de las finanzas, y con el apoyo de su brazo secular, el Regnum Christi, es uno de los nuevos movimientos con mayor ascenso y poder dentro de la Iglesia católica.
En sólo sesenta años los Legionarios de Cristo, que fundó el sacerdote mexicano Marcial Maciel, quien dirige la congregación desde Roma en estrecha relación con el Papa, y que en su día fue acusado de consumo de drogas y de abuso de menores, han logrado una importante presencia en América Latina, Estados Unidos y Europa, donde España desempeña un papel estratégico.
A través de una serie de selectos colegios y de un activo entorno universitario -en Madrid, Valencia, Cantabria, Salamanca, Barcelona y Sevilla-, donde captan gran parte de sus seguidores, este movimiento se está introduciendo en las familias y los círculos más poderosos e influyentes de la economía y la comunicación de nuestro país, y ha penetrado en lo más alto del ámbito financiero y empresarial.
Nombres como Koplowitz, Oriol, Villapalos... o entornos como el de La Moncloa han sido asociados a este grupo en diferentes medios de comunicación.
Fieles a la máxima que recomendó Pío XII a su fundador de «estar dispuestos en orden de batalla» para formar a los futuros líderes mundiales, los Legionarios de Cristo, con discreción y flexibilidad al medio social y cultural de cada país, avanzan imparables como el nuevo ejército del Papa.