Como en los versos de Pablo Neruda, Dora y Luka sienten, «cada día, cada hora», que están destinados el uno al otro. De niños pasaban juntos los días de verano en una playa de Croacia, hasta que la familia de Dora abandonó el pueblo y Luka se quedó solo. Dieciséis años después, el destino vuelve a unirlos. Y es evidente, están hechos el uno para el otro, pero la vida se empeña en separar sus caminos.
Cada día, cada hora es el relato de un amor atemporal y único, tan poético y conmovedor como la voz con que está narrado. Desde las orillas del Adriático hasta los teatros de París, desde los años sesenta hasta nuestros días, la historia de Dora y Luka captura toda la nostalgia de los amores perdidos y la inquebrantable esperanza del reencuentro.
Antes incluso de ser publicada en Alemania, Nataša Dragnic sedujo a editores de veintiocho países con esta novela, calificada ya como la historia de amor del año y en cuyas páginas uno quisiera quedarse para siempre: «Después de leerla, el lector se siente tan feliz y contento como querría sentirse cada vez que cierra un libro», leipzig-almanach.de.