Un profesor de antropología social que atraviesa una crisis afectiva y de identidad desencadena de forma involuntaria un experimento en vivo en la pequeña localidad en la que pasa sus vacaciones.
La discoteca de la villa se convierte en el centro de un complejo juego de intercambios que altera la vida de lugareños y veraneantes. Un juego de apariencia dionisiaca bautizado como El Gatuperio Entreverado.
Mientras el narrador cree estar asistiendo a una nueva organización de la sociedad rural, que intenta someter a sus esquemas teóricos, los intereses económicos preexistentes se anudan con una agitación erótica y transgresora, haciendo aflorar los conflictos y desigualdades que escondía la villa.
La frívola desenvoltura con que el protagonista inició sus vacaciones se ve perturbada por la amenaza de fuerzas latentes, en especial un pequeño grupo animalista que amenaza con organizar una tragedia. Sus certezas teóricas naufragan, al tiempo que su sueño erótico de verano se desvanece y la localidad sufre un violento episodio de sabotaje.