Su cabeza se volvió a nublar.
Sintió que sus párpados pesaban de nuevo hasta cerrarse y se tornó oscuro el último atisbo de luz que le quedaba.
Laura supo que su conciencia se escapaba. Que su cuerpo se apagaba como defensa previa antes del colapso provocado por el miedo. Una reacción límite.
Al borde del desmayo, pudo escuchar unas últimas palabras. Un susurro al oído que llegó mientras una mano le acariciaba de nuevo el pelo:
«Tranquila. No te haré ningún daño».
A esas alturas, ambos sabían que aquella promesa… no era verdad.
En este trepidante thriller, un asesino en serie asola los mejores barrios de la ciudad. Sus atroces puestas en escena horrorizan a los investigadores más curtidos. Solo el inspector Lobo y la psicóloga Gabriela Salcedo serán capaces de analizar las motivaciones más íntimas de los actos del Lutier y seguirle los pasos en una carrera desesperada contra la muerte.