En la compleja situación política de la España de los años cuarenta y cincuenta se producen algunas curiosas paradojas legislativas. Una de estas contradicciones tiene relación con la literatura catalana: en el año 1946, tras una periodo de siete años en el que toda publicación catalana estaba tajantemente prohibida, se autoriza ?previo paso por la censura- la circulación de obras literarias en catalán pero este cambio no es extensivo a la prensa que solo se admite en lengua castellana. Esta situación anómala se mantiene hasta la aparición de la revista Serra d?Or en 1959. Curiosamente, en estos años se produce un inesperado esplendor de la literatura en catalán. En el reflejo crítico de este resurgimiento literario, forzosamente en castellano, destaca el que, con toda seguridad, está considerado el crítico de más sabiduría y tino literario. Antonio Vilanova recopila en este volumen los textos que demuestran que, en una época difícil, algunos críticos se esforzaron para que la literatura en catalán tuviera el lugar que se merecía. Pla, Riba, Espriu o Maria Aurèlia Capmany son algunos de los autores reseñados en este libro. Una apuesta de futuro a la que el tiempo, sin duda, le ha dado la razón.