Bandera blanca constituye un conjunto de relatos que conjugan numerosos estilos literarios. Desde el diálogo a la epístola; desde el microrrelato a textos que coquetean con la poesía; desde la biografía al teatro o al ensayo. Con un lenguaje cercano, pero a la vez lúcido y refinado, el autor sabe tomar distancia de cada personaje que desfila por la obra y de los sucesos que allí acontecen.
Como afirma Fernando R. Lafuente en su prólogo, los cuentos ponen en solfa la relación entre la realidad y la ficción, entre el sueño y la vigilia, entre quien escribe y quien lo escribe. Mario Alonso exhibe una profunda y enorme capacidad de contar una historia, de pergeñar una trama, de sentir una emoción y de pensar un sentimiento. La bandera es el símbolo, por ello ésta es blanca. Como anunciándonos que otra vida es posible y que está aquí al lado, que la faceta de crear otros mundos está bien cercana, que no es el momento de esconderse, sino de levantar la bandera tan blanca como pulida de la vida y de la literatura.
El autor nos sorprende con un agudo sentido del humor; nos lleva a la reflexión con la denuncia social y la reivindicación de un mundo más justo; nos genera angustia con textos duros que nos transportan al sufrimiento, la enfermedad o la muerte; o nos toca el corazón a través de los sentimientos más puros del amor y la amistad. Esta Bandera blanca no es una claudicación, sino un gesto de reafirmación e integridad en medio de los peligros cotidianos.