A lo largo de tres años, en tiempo de otoño, de invierno, de
primavera y de verano, he intentado estar atento a la vida de la gente
para dejarme interpelar por lo que pasa a nuestro mundo
y en nuestra Iglesia. De esta observación, con el intento de
poner una oreja al Evangelio y el otro en el pueblo, ha salido el
presente texto, publicado semana tras semana en Cataluña
Cristiana.
Cada vez que he escrito he tenido muy presente en el corazón y
en la oración los que han sido la fuente de inspiración. Como he
dicho y he escrito muchas veces, he descubierto y admirado mucha
semilla de Evangelio esparcida y sembrada entre nuestra buena
gente, lo que nos exige a los creyentes una mayor dosis
de entrega para despertar y hacer visible el Reino de Dios que
Jesús ya ha inaugurado y que -según él- ya está entre nosotros.
Esta gratificante experiencia me ha ayudado a amar aún
Además, y también a confiar. Esto hace que pueda decir con San Pablo a los
Corintios y de Filipos: «Os llevo en el Corazón". Lo que hay
escrito en este libro quiere ser un humilde y cariñoso reflejo.
Llevamos en las manos y en el corazón el tesoro más grande que es Jesús!
Pero también somos conscientes de que en las manos y en el corazón llevamos
el encargo urgente del anuncio gozoso del Evangelio.