Novella descubrió un solar abandonado y pensó que podría tener una parcela con verduras de cosecha. Comenzó con una pequeña hortaliza y un par de gallinas ponedoras, y terminó criando pavos, gansos, patos, conejos y hasta dos cerdos de trescientas libras. Hoy en día vive de su granja, produciendo carne, lácteos, azúcares y todo lo necesario para una vida sana en plena ciudad. Es también una meditación sobre la vida urbana y sobre todo aquello que hemos dejado de vivir quienes habitamos las ciudades. Carpenter nos muestra que, a pesar del cansancio, los pequeños logros y las enorme decepciones, es posible crear un hogar autosustentable en medio de una gran ciudad.