¿Nos vamos a conformar con salir de la crisis?
¿Para entrar dónde?
Es hora de acceder a una dimensión del ser humano que hasta el momento no se ha desplegado del todo y que está deseando materializarse. Tomar el confinamiento como un periodo de crisálida y lanzarnos a volar por fin a la altura que nos corresponde.
Ya hace demasiado tiempo que nos conformamos con ser hombres y mujeres a medias, distrayéndonos de esta mediocridad con los innumerables estímulos que nos ofrece la sociedad de consumo.
Nuestra alma anhela una plenitud auténtica, no de sucedáneos, y una conexión con todos los demás seres. No dejemos que sea solo Internet lo que nos conecte virtualmente.
Percibamos una conexión mucho más sutil y a la vez más poderosa que nace del fondo de nuestro corazón y brota en busca de otros que resuenen con él y entremos, de una vez por todas, en la dimensión del amor.