En pleno descrédito de la política y de las instituciones, Felipe González, uno de los líderes europeos de referencia de los últimos 30 años, hace una aportación fundamental al debate actual partiendo de su amplia experiencia al más alto nivel.
La profunda crisis en la que estamos instalados desde hace varios años es económica y social, pero también de liderazgo. El liderazgo, en palabras de Felipe González, se caracteriza por una búsqueda incesante de respuestas, porque las preguntas se mantienen: cómo mejorar el mundo, cómo hacerlo más justo, más próspero y más libre.
A partir de su experiencia en momentos muy complicados de la historia reciente de España, Felipe González realiza una amplia reflexión sobre qué significa hoy el liderazgo político, empresarial y social, y cómo se pueden afrontar los desafíos del presente para sentar las bases de un futuro mejor.
«La política debería consistir en disminuir el sufrimiento de los ciudadanos, ése sería el liderazgo de verdad. Si la política que se hace no gusta, hay que cambiarla; si los partidos políticos que hay no gustan, hay que cambiarlos o cambiar a sus dirigentes. Debemos mejorar la calidad y el contenido de la política, y esto sólo se consigue con ideas y con participación. Si no lo hacemos, nadie ganará y todos perderemos.»
Felipe González