«Se sabe que una o más manos le taparon la boca y la nariz, que le apretaron el cuello. Que nadie oyó nada. Que no hubo sangre, que la sangre se le fue de la cara hacia el resto del cuerpo y que ya no volvió. Que fue delicado, casi como lamentándolo. Que la dejaron sobre la cama, con mucha suavidad, como si no quisieran que se rompiera.»
Alicia Vespérale, profesora universitaria, poeta, militante en los setenta, aparece muerta una mañana en su apartamento de Buenos Aires y la policía caracteriza rápidamente el caso como un robo que salió mal. Pero el enorme magnetismo que Alicia había ejercido en vida sobre sus alumnos y sus compañeros de trabajo hace que los personajes de la historia, miembros de su taller literario, decidan investigar el caso por su propia cuenta, llegando así a situaciones extremas en pos de desentrañar los enigmas que esconde su pasado y proteger lo último que ella les dejó, su ausencia. En ese camino, una mafia de adolescentes marginales que controlan el ascensor de la facultad y un comisario tan corrupto y poco escrupuloso como siniestro acabarán siendo de gran ayuda en la resolución del misterio que deja su muerte.
Muñeca maldita, que por momentos es un tributo al género policial y en otros utiliza de forma magistral todas las herramientas de la novela negra, es en realidad una gran historia de amor donde la pérdida es el factor determinante y la búsqueda del culpable una excusa para continuar.
Eduardo Hojman nos conduce con pericia por esta historia oscura y llena de intriga, humanidad y literatura, usando una prosa ágil e ingeniosa que atrapa al lector desde la primera frase y que ha hecho de Muñeca maldita la novela ganadora de la 3ª edición del Premio Primum Fictum.